Argentina. Cristina Fernández de Kirchner. La Justicia se pronunció: 6 años de prisión y con inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. ¿Condena o proscripción?
Las respuestas van de un extremo al otro y depende quién hable, opine, comente o se pronuncie. A cada uno de todos, a cada una de nosotras, corresponde la obligación y el derecho de leer críticamente, de pensar más allá de lo que se informa para tener una opinión propia.
En una Argentina inquieta, donde el malhumor social se está transformando en protesta, el fallo judicial contra “Cristina”, movilizó, unió reclamos, protagonistas y sectores políticos de centroizquierda.
Se destacó sin llamar la atención, la parsimonia silenciosa de los sindicatos “fuertes” que, con claridad, dejó a unos pocos de un lado y a otros -lastimosamente- en el oscuro espacio acomodaticio que no es posible comprender y mucho menos, explicar.
En la realidad actual argentina, los límites se van corriendo desde la libertad y los derechos hacia el libertinaje. Peligrosamente se avanza y quiebra el equilibrio democrático, con decisiones y hechos que no saben de empatía social. Así generan un combo peligroso para todo. Para la gobernabilidad, la democracia y el bien común de la población. Caiga quien caiga y le pese a quien le pese, pagan justos por pecadores. Lo grave además, es que la mayoría de las veces, los “pecadores” ni siquiera pagan.
Sin dudas, en estas circunstancias se pone en evidencia mucho de lo que somos y aún más de lo queremos ser. Hoy, aquí y ahora, quienes vivimos en el suelo de esta Patria generosa, de ser extras en una obra de teatro impensable (pero conocida) pasamos a ser actores principales, más importantes que los protagonistas. Y ella lo sabe. Y quienes no la quieren también lo saben. Tal vez lo importante sea que nos demos cuenta que el arma más poderosa que tenemos es nuestro voto.
Suena hoy aún con más actualidad que antes, una consigna: Si podés votar y no votás, no te quejes. Si te equivocaste porque el cotillón y/o la modernidad o la tecno vida que llevamos te encandiló, la próxima vez, pensalo mejor.
Militar no es una palabra peronista, de izquierda ni de ningún lado. Es trabajar por las ideas que se comparten. No sé si ustedes militan y, si lo hacen, porqué o quién militan. Pero estén del lado que estén, militar por la democracia es trabajar por una sociedad justa y con igualdad de oportunidades; un estado de derecho donde la Justicia sea independiente, el Poder Legislativo nos represente y el Poder Ejecutivo actúe en el marco de las normas.
Ejercer plenamente nuestro derecho ciudadano de elegir a quienes nos representen en el gobierno, es lo primero.
Después vendrá el momento de exigir que nos representen como prometieron. Y, en ese proceso, el poder legislativo tiene mucho para hacer. Porque, en definitiva, en esas bancas del parlamento estamos sentadas todas las personas que votamos.
Retomando: Cristina puede salir al balcón. La pregunta ahora es ¿qué sigue?
Acaso ahora, justo ahora, ¿se van a ocupar de discutir sobre el indulto?
En fin… lo dejamos planteado. Un tema para seguir compartiendo opiniones en otro momento.
Elizabeth Leites
