Whatsapp: 1234

WhatsApp: +54911 7222 2427

Mucho más que una agencia de comunicación

| Category: Derechos Humanos, NOTICIAS, política, SOCIEDAD

Los parlamentos y los Derechos Humanos
Por Gabriela Pérez – Investigadora y especialista en Derechos Humanos y Políticas Públicas.
Los derechos humanos son las bases sobre las que se asientan las sociedades democráticas, son principios reconocidos por los Estados en instancias internacionales, acordados mayoritariamente luego de las consecuencias devastadoras de las guerras mundiales.
El sistema democrático y representativo ha procurado, desde su diseño y puesta en marcha, asegurar que las voces e intereses de la ciudadanía guíen el rumbo de las sociedades. Para ello, los sistemas electorales cumplen la función clásica de llevar a los principales cargos ejecutivos y a los parlamentarios a quienes se postulan para representar esas expresiones, mediadas por los partidos políticos.
Respecto de los derechos humanos, cada uno de los poderes estatales cumple funciones específicas. Concretamente, los parlamentarios tienen entre sus principales responsabilidades ratificar los tratados y convenciones -firmados por el órgano ejecutivo-, y asegurar que sus principios se integren al derecho interno, a través de la adecuación normativa, así como velar por su aplicación nacional.
Según el Manual para parlamentarios N° 26 de la Unión Interparlamentaria (ver 1 al pie). “En cuanto institución del Estado que representa a los ciudadanos y por conducto de la cual estos participan en la gestión de los asuntos públicos, el parlamento es sin lugar a dudas el guardián de los derechos humanos”. Ejerce esta custodia cumpliendo compromisos de carácter internacional y regional, pero también de orden nacional -como en el caso de la Argentina-, con definiciones de carácter constitucional (ver 2 al pie).
También destaca el Manual la centralidad de los parlamentos en la “movilización de la opinión pública” y la “participación en las actividades internacionales”. Tienen la facultad de convocar a representantes de organizaciones de la sociedad civil, de la academia, de los sindicatos y empresas, entre tantos otros actores sociales relevantes, para debatir los temas de agenda y dar lugar a problemáticas emergentes; así como participar activamente en las instancias de diálogo y monitoreo de recomendaciones internacionales.
La Organización de las Naciones Unidas destaca la labor de los parlamentos en el informe “Contribución de los parlamentos a la labor del Consejo de Derechos Humanos y a su examen periódico universal” (ver 3 al pie), no sólo por su contribución al observancia de las obligaciones internacionales, ya mencionadas, sino también por su función de supervisar al órgano ejecutivo en el cumplimiento de su misión de respetar, proteger y promover los derechos humanos. “A fin de cumplir esa función de manera eficaz, los parlamentarios deben poder expresarse libremente, sin temor a sufrir represalias”. También menciona la centralidad de su rol de creación e impulso de las instituciones nacionales de derechos humanos, organismos independientes de promoción y protección de derechos humanos, de acuerdo con los Principios de París.
Por su parte, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2015 (A/RES/70/1), se propuso el enorme desafío de poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo en 2030, combatir las desigualdades, construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales. En ese marco se reconoció el rol fundamental de “los parlamentos nacionales (…) en el cumplimiento efectivo de nuestros compromisos promulgando legislación, aprobando presupuestos y garantizando la rendición de cuentas” (Par. 45).
Las instituciones clásicas del Estado democrático son inevitablemente interpeladas por las problemáticas emergentes de las sociedades actuales. A la ya declarada crisis de representatividad de los partidos políticos o la concentración de poder en los órganos ejecutivos, se suman fenómenos más actuales vinculados a los desarrollos de las tecnologías de la información, como la desinformación, los discursos de odio, los ataques a los defensores de derechos humanos y la libertad de expresión, o las problemáticas ambientales como el cambio climático, entre tantos otros.
Los debates están planteados, y se cuenta con instancias regionales para su desarrollo: el Parlamento Latinoamericano, (que entre sus propósitos estableció “Velar por el estricto respeto a los derechos humanos fundamentales, y porque no sean afectados en ningún Estado latinoamericano en cualquier forma que menoscabe la dignidad humana” (ver 4 al pie), el Parlamento del MERCOSUR, que destaca entre sus principios “El respeto de los derechos humanos en todas sus expresiones» (Art. 3.4) y entre sus competencias “Elaborar y publicar anualmente un informe sobre la situación de los derechos humanos en los Estados Partes, teniendo en cuenta los principios y las normas del MERCOSUR” (Art. 4.3) (ver 5 al pie), o la red internacional Parlamentarios para la Acción Global (ver 6 al pie) por ejemplo.
Las instancias legislativas son eslabones centrales para el desarrollo básico del estado de derecho y la democracia, y por ende para el disfrute y plena garantía de los derechos humanos. A través de sus acciones dan voz a todos los sectores, los representan y aseguran que las leyes sean justas y protejan a los más vulnerables. Por eso, tender lazos entre los parlamentos o legislaturas y la ciudadanía, generar debate y diálogo, facilitar la comunicación y hacer las normas más accesibles es una de las tareas a incentivar. Los desafíos son grandes y plantean niveles de complejidad hasta ahora poco desconocidos, pero la necesidad de respuestas exige a estas instituciones clásicas ponerse a la altura de las circunstancias, con la ayuda de nuevas herramientas y tecnologías. Los derechos humanos trazan un mapa claro que orienta el camino hacia la construcción de sociedades democráticas, más justas e inclusivas.
————————————————
1 Unión Interparlamentaria y Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos las Naciones Unidas (2016), “Derechos Humanos. Manual para parlamentarios N° 26”, Ginebra, Courand et Associés, publicado en https://acnudh.org/wp-content/uploads/2018/05/HandbookParliamentarians_SP.compressed.pdf
2 Para un análisis profundo de este tema, consultar el documento “Adecuación Normativa en materia de Derechos Humanos”, del Observatorio de Derechos Humanos del H. Senado de la Nación en https://www.senado.gob.ar/bundles/senadomicrositios/pdf/observatorio/MANUAL%20DE%20USO%20SANDH%20A4_digital.pdf
3 Consejo de Derechos Humanos, 38º período de sesiones, “Contribución de los parlamentos a la labor del Consejo de Derechos Humanos y a su examen periódico universal. Informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos”, (A/HRC/38/25), mayo 2018.
4 https://parlatino.org/historia-y-objetivos/
5 https://www.parlamentomercosur.org/innovaportal/file/175/1/protocolo_es-1.pdf
6 www.pgaction.org