El péndulo de la democracia en Bolivia.
Juan Pablo Villena nos propone una mirada reflexiva y certera sobre la realidad política boliviana que se abre después de los comicios nacionales.
A dos semanas de una discreta celebración por el bicentenario de independencia, Bolivia vive ahora con entusiasmo y asombro, la entrega de resultados de las elecciones nacionales celebradas el pasado domingo.
A poco de culminar el conteo de votos, el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) ha entregado los resultados de casi todos los departamentos del país. Muy probablemente, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) se impondrá en 5 de las 9 regiones. Las candidaturas de Alianza Libre y Alianza Unidad, que hasta hace una semana lideraban la intención de voto según las encuestas, ganaron en 2 regiones cada una.
El politólogo Franklin Pareja en el programa “El Café de la mañana” en Radio Fides Bolivia, afirmó que “para ganar la presidencia, tienes que ganar una plaza de las tres del eje central (Cochabamba, La Paz y Santa Cruz) y obtener unas tres victorias en las otras capitales de departamento”. Si la tendencia se mantiene, Rodrigo Paz (candidato del PDC) tiene asegurado este escenario ideal.
La Cámara de Diputados, hasta el traspaso de poder en noviembre de este año, tendrá al Movimiento Al Socialismo (MAS) como fuerza mayoritaria con 75 diputados; a Comunidad Ciudadana (alianza del expresidente Carlos Mesa) con 39 diputados; y a 16 de la coalición CREEMOS. El PDC es una de las fracciones que compone CREEMOS, y será la única que sobreviva en la Asamblea Legislativa para la gestión 2025-2030. El MAS, que llevó al poder a Evo Morales en el pasado, no tendrá representación como tal desde este año, aunque 6 diputados de Alianza Popular, agrupación del actual senador del MAS, Andrónico Rodríguez, consiguieron sus curules.
Evidentemente, esta notable oscilación de las representaciones refleja el descontento popular acumulado en el último periodo del MAS. La falta de combustibles desencadenó una seguidilla de crisis en el tipo de cambio de la moneda nacional respecto al dólar, una inflación de precios y desabastecimiento de productos de primera necesidad que, entre otros malestares, finalmente produjeron una contundente victoria de la oposición sobre el actual partido de gobierno.
Hasta el momento, el PDC obtendría unos 50 diputados, LIBRE de Tuto Quiroga, tendría 45 aproximadamente. Así las cosas, ninguna de las dos fuerzas con mayor votación en los comicios del pasado domingo, lograría la mayoría absoluta. Tampoco los ansiados dos tercios en la Asamblea. Ambos números necesarios para aprobar normativa clave para viabilizar las reformas que requiere el Estado en vista de la crisis estructural que enfrenta el país. Ante esta situación, las representaciones legislativas estarían obligadas a sentarse en la mesa de negociación para llegar a acuerdos.
En la memoria colectiva boliviana, octubre está marcado como un mes donde se generan cambios significativos de gobierno. En 2003, los acontecimientos de octubre llevaron a la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada. En octubre de 2019, se produjeron movilizaciones que llevaron a Evo Morales a dejar el poder luego de casi 14 años.
Coincidentemente, el calendario electoral tiene programado el balotaje entre los candidatos obtuvieron mayor votación para octubre de este año. Desde ahora, la población tiene la esperanza en que la madurez prime sobre la impulsividad de dos candidaturas que necesariamente tendrán que negociar hasta 2030 para encontrar el mejor rumbo del país. De otra manera, el péndulo político le puede dar una nueva oportunidad al Movimiento Al Socialismo.
Desde La Paz, Bolivia, Juan Pablo Villena para Universo Parlamentario.