El proyecto busca difundir y promover los valores de la paz en estudiantes de 6º y 7º grado de primaria y 4º año de secundaria. La dirección de esta iniciativa está a cargo José de Guardia de Ponté, director de la Biblioteca parlamentaria Dr. J. Armando Caro, en colaboración con instituciones como la Mesa Redonda Panamericana “Macacha Güemes”, la Asociación Cultural Uruguai, la Escuela Augusto Raúl Cortázar, la Escuela Gral. Martín Miguel de Güemes y el Colegio Santa Teresa de Jesús.
Se trata de una iniciativa que se posiciona como un esfuerzo transformador para fomentar una convivencia pacífica, ética y democrática en las escuelas de Salta.
En el marco del proyecto “Por una cultura de paz” se desarrollan diversas actividades que van desde charlas y talleres hasta encuentros culturales y una feria de arte estudiantil organizada para conmemorar el Día Mundial de la Cultura bajo la Bandera de la Paz.
El proyecto Por una cultura de paz se fundamenta en una premisa poderosa: las bibliotecas, como guardianas del conocimiento y el pensamiento crítico, son espacios ideales para liderar iniciativas que promuevan valores éticos y democráticos. Como señala el proyecto, citando a Juan Pablo I, “de la justicia de cada uno nace la paz para todos”. Esta idea resuena con los principios de la UNESCO, que desde 1989 ha promovido el concepto de cultura de paz como un conjunto de valores, actitudes y comportamientos basados en el respeto a la vida, la no violencia, la cooperación, el diálogo, la solidaridad y la sostenibilidad ambiental.
El concepto de cultura de paz, acuñado en el marco de programas de consolidación pacífica en países posconflicto, trascendió su origen para convertirse en un movimiento global. En la Declaración y Programa de Acción para una Cultura de Paz de 1999 y el Manifiesto 2000 de la UNESCO, elaborado por Premios Nobel de la Paz, se destacan seis principios clave: respeto a la vida, rechazo a la violencia, cooperación, diálogo, conservación del planeta y solidaridad.
Estos principios son el núcleo del proyecto salteño, que busca traducirlos en acciones concretas en el ámbito escolar.
Es de destacar que el proyecto se inspira en la noción de paz positiva propuesta por Johan Galtung en 1959. Él redefine la paz no solo como la ausencia de conflicto armado, sino como la presencia de condiciones de justicia, bienestar, seguridad, identidad y libertad. Esta perspectiva contrasta con la idea tradicional de “paz negativa” (ausencia de guerra) y para un proyecto educativo es particularmente relevante adoptar la definición propuesta por Galtung, ya que implica trabajar en la construcción de entornos escolares donde los estudiantes pueden desarrollarse plenamente como ciudadanos éticos y responsables.
El proyecto se desarrolla en un contexto en el que la violencia y la discriminación, tanto en las escuelas como en la sociedad en general, son preocupaciones crecientes. En la Argentina, la convivencia escolar ha sido un tema prioritario en la agenda educativa, como lo reflejan leyes como la 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la 26.206 de Educación Nacional y la 26.892, para la Promoción de la Convivencia y el Abordaje de la Conflictividad Social en las Instituciones Educativas. Estas normas establecen el marco legal para fomentar una educación que priorice los valores democráticos, el respeto a los derechos humanos y la resolución pacífica de conflictos.
En Salta, un contexto caracterizado por su diversidad cultural y desafíos socioeconómicos, el proyecto adquiere una relevancia particular. La educación en valores, como la tolerancia, la no discriminación y la cooperación, no solo responde a las directrices nacionales e internacionales, sino que también enfrenta desafíos específicamente locales, como las tensiones derivadas de la desigualdad y la marginalidad. Al centrarse en estudiantes de primaria y secundaria, el proyecto apunta a una etapa formativa clave, en la que los valores y actitudes adquiridos pueden influir significativamente en la construcción de una sociedad más justa y pacífica.
La elección de la Plaza de la Democracia como escenario para la feria de arte estudiantil refuerza el carácter simbólico del proyecto. Este espacio público, asociado con los valores democráticos, se convierte en un lugar de encuentro donde los estudiantes pueden expresar su compromiso con la paz a través del arte, una herramienta poderosa para fomentar el diálogo y la creatividad.
José de Guardia de Ponté para Universo Parlamentario.
Mira el video completo en https://youtu.be/wIItbG9Fxic
